A menudo el insomnio aparece como consecuencia del estrés, la ansiedad, las alteraciones emocionales u otros factores psicológicos. Asimismo, también es posible que, sin saberlo, el paciente muestre malos hábitos de sueño, los cuales afectan negativamente en la calidad de éste. Generalmente, todos estos factores pueden ser en mayor o menor medida identificados por un especialista que le ayudará a trabajar para cambiar la forma en la que influyen en la calidad de su sueño.
Además, el insomnio y los trastornos del estado de ánimo comparten una relación bidireccional. El insomnio se considera un factor predisponente para los trastornos psiquiátricos como la depresión y la ansiedad. Se estima que entre el 15% y el 20% de las personas con insomnio tendrán depresión.